LA DESPEDIDA

Foto: Gina Ruz
06/01/07


Es mi último día en Ambalema. Mi abuela está muy triste, se siente mareada. Ya se tomó el medicamento, pero yo sé qué es lo que le pasa. Le pido que se acueste de nuevo pero ella no quiere, este momento es muy difícil para las dos. Decido ponerme a organizar todos sus recuerdos: Diplomas, actas de cuando tenía el kinder, coreografías de las danzas, y llega Paúl y Sandra y comenzamos a hablar de sus recuerdos, y miramos las fotos, y recuerda cómo ha sido difícil en los últimos años animar a los chicos para que bailen, para no cambiar la tradición y hacer las coreografías a la manera tradicional, sin dejarse influenciar por la presión del otro grupo de danzas. Y le digo que no deje morir el grupo, que sólo él puede hacerlo, que siempre tenga un objetivo y una visión de lo que quiere hacer, para que el día a día no sea tan difícil. Yo sé que Paúl tiene que comer y mantener a sus 3 hijos, pero sólo él tiene el amor, el conocimiento y la experiencia para seguir con las danzas tradicionales de Ambalema. Paúl se emociona y me cuenta sus anécdotas, como cuando fueron a Ibagué a participar en el concurso por el representante de las danzas folklóricas del Tolima que realizaron en Bogotá. Paúl me cuenta cómo a pesar de tener trajes poco vistosos y sin haber invertido dinero, le ganaron al otro grupo favorito por haber mostrado una danza tradicional. Me cuenta cómo han querido cambiar la música de cassette por cd, ya que casi nadie tiene grabadora para escucharlo en las presentaciones, pero cuesta $45.000 cada canción, y hay que ir a hacerlo en Ibagué. Me cuenta que tiene la idea de presentar las danzas para los turistas que llegan a Ambalema en las fiestas, y así recolectar fondos y hacer lo de la música. Le digo que me parece genial, y que me gustaría que pudieran practicar de nuevo las danzas para hacer un documental sobre las danzas de Ambalema y la historia de mi abuela y del grupo en abril de este año. Le digo que guarde las fotos, que cuide los trajes, los sombreros, cada elemento del grupo. Le cuento de mi paso por los museos de Holanda, cómo conocí la Casa Rembrant, y cómo allí me acordé de la abuela, de su taburete, de su ventana de madera verde. Le digo que sólo recordando y dejando para otros mensajes de ese recuerdo, es como nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos podrán recordar y darse cuenta...
Y le dije que no importa si los hijos, o los hijos de nuestros hijos no se dan cuenta. Si podemos preservar lo vivido por más tiempo, podemos aguardar por el momento en que la humanidad en su proceso de “evolución”, dé la vuelta y vuelva al principio. A reconocer las raíces.


Ya he dicho adiós, o hasta pronto. La incertidumbre de mi futuro hace que no pueda prometer volver. Las lágrimas de la abuela me oprimen el corazón, y le digo que no se preocupe, que no esté triste, que nosotras estamos unidas con la mente, el alma y el corazón. Pero la abuela llora, esta vez es más difícil decirnos adiós, y entonces le prometo volver pronto, en una debilidad del corazón y en un sincero deseo del alma…

SUS CHISTES


Foto: Gina Ruz

05/01/07
7:00PM

-¿Va a ponerse a estudiar?


-Si, pero un ratico abuela.

-No estudie mucho que eso es lo que no la deja dormir bien.


-Lo que no me deja dormir abuela es el calor, y los mosquitos, y el dolor de barriga, y la tos que me da cuando me acuesto…

-¿Usted se sabe el chiste del señor que fue al pueblo a conocer?- Pregunta mi abuela

-No abuela ¡cuente!-


-Es un señor que se fue a un pueblo y caminó tanto que tenía mucha sed, y no encontraba ninguna casa en ese monte, y seguía caminando muerto de sed hasta que encontró una luz a lo lejos que parecía un rancho, siguió caminando con mucho esfuerzo y encontró un niño campesino al que le pidió agua para beber.
-Pues fíjese vusté que mi taita y mi mama no ejtán, y no tenemos jagua, sólo chicha que hace mi mama. Dijo el niño.
No importa, por favor regáleme chicha entonces que tengo mucha sed!.-Pero no tengo si no una totuma que ej lo que se usa poaquí...
No importa, sírvame en totuma, que tengo mucha sed!.Y el niño le sirve y el señor toma con avidez y el niño le dice.
-Quiere más?
-Si por favor, si no es molestia...-No, mi taita y mi mama no ejtán, no se preocupe, de todas maneritas íbamos a votar la chicha.
Y el señor, terminando su segunda totuma de chicha le pregunta al niño:
-¿Y por qué?-¿No ve que en la olla de la chicha se murieron unos ratones?
Y el señor furioso levanta la totuma para darle al niño en la cabeza.
-¡Ay no, esa sí que no me la vaya a dañar! ¿No ve que esa totuma ej en la que mi mamá mea?

Así es la abuela. Le saca partido a todo, para todo chiste o comentario tiene una respuesta, siempre graciosa, siempre con mensaje. Responde con una canción, con una poesía, con un chiste, con una historia.

En estos días le preguntaron si había tenido hijos, y yo me apresuré a enseñar el cuadro de la pared, junto a la mesa, donde está mi abuela y sus cuatro hijos.


-¿No más?-, preguntó Luisa. Y yo le dije,


-Miedcole abuela, ¿Tiene algún hijo nega'o?-


-Si-, me dijo ella. -Uno que fue presidente de la República-.


Y nos reímos.

MIS ORIGENES

Foto: Gina Ruz
05/01/07
7:00PM


¡ Ah, ahora que escribo, me debe el Bunde Tolimense abuela!.


-Ah, si, pero no lo escriba, espere primero me acuerdo...

Canta el alma de mi raza
Y en el Bunde de castilla
Y este canto es sol que abraza…
Nacer, vivir, morir,
Amando el magdalena,
La pena se hace buena,
Y alegre el existir,
Trala la la lalá


Baila, baila, baila sus bambucos mi Tolima
Y el aguardiente es más valiente y leal

tra lala la lá
Soy vaquero Tolimense,
Y en el pecho llevo espumas,
Va mi potro entre las brumas,
Con cocuyos en la frente

Y al sentir mi galopar
Galopa el amor del corazón,

tra lala la lá
Pues mi rejo va a enlazar
Las dulzuras del amor
Con la voz de su cantar
¡El Bunde!


Y me emociono tanto que las lágrimas ruedan, y al inclinarme en el papel, la emoción no me deja ver, pero aún así, escribo…
Allí estaba yo, junto a mi abuela, escuchando el Bunde Tolimense, de la mejor manera como se puede escuchar: En la voz débil y emotiva de una campesina Tolimense, indígena Pijao que conoce su tierra, la ama y la entiende.
En ese instante comprendí mi orígen. Soy indígena, de la ribera del Río Grande de la Magdalena, de todas sus orillas, porque mi sangre corre rápido cual cauce de nuestro turbulento Río cuando escucho el Bunde Tolimense. Y soy vaquero también, y me imagino cruzando en mi caballo el río y con las estrellas del monte en su frente. Y ya entendí por qué nacía allá…¡Porque es lo mismo que aquí!. El río en todos sus trayectos es el mismo, y a la vez, en el mismo lugar nunca vuelve a ser igual…

Ya es de noche. Y sigo pensando, y mi abuela me sirve la aguapanela y me siento en el suelo, aún más cerca de ella, de su taburete, porque a mí me gusta allí.

Contigo aprendi, que existen nuevas y mejores emociones

Escucho en la romántica voz de Manzanero y el ruido de emisora mal sintonizada de la voz del Tolima am, me recuerda mi infancia, Magangué, la emisora local, cinco de la mañana y el…

¡Ay primo Nando!,
Quiero amacené, con la manta en el hombro,
Quiero amanecé, en la plaza toreando,
Quiero amanecé, ay con mi negro bailando,
Quiero amanecé, con este porro gozando


y entonces canto, y la abuela me mira, y escucha, y le digo que ese otro también me gusta, que es de despecho, que se lo había escuchado a Celia, pero esta versión es más vieja, se escucha más suave, más sentimental…

Dile a tu nuevo querer
Que ya no hay nada que temer
Porque hace ya mucho tiempo
Que te borre de mi mente
Y no me acuerdo de ti,
Pues toda mi atención
La tengo puesta en alguien…

EL ORIGEN DE LA MUSICA



Foto: Gina Ruz.
05/01/07
Ha pasado el mediodía. Estamos sentadas en la cocina, ella en su butaca de cuero, yo en la silla rimax. Ella se apoya en su bastón, yo encaramo las piernas y miro el guayabo del patio, que se mece con la brisa de la tarde.
-Cante algo- me dice.
Y recuerdo esa canción que le gusta pero que no se sabe. Y se la canto, y ella me acompaña con las palmas…

Yo me llamo cumbia, yo soy la reina por donde voy
No hay una cadera que se esté quieta donde yo estoy
Mi piel es morena como los cueros de mi tambor
Y mis hombros son un par de maracas que besa el sol
Y mis hombros son un par de maracas que besa el sol.

Tengo en la garganta una fina flauta que Dios me dio
Canuto de millo, el brío del tabaco, aguardiente y ron
Cojo mi mochila, enciendo las velas, repica el son
Y enredo en la luna y en las estrellas toda mi voz.
Y enredo en la luna y en las estrellas toda mi voz.
Como soy la reina me hace la corte un fino violín
Me enamora un piano, me sigue un saxo y oigo un clarín
Y toda una orquesta forma una fiesta en torno de mí
Y yo soy la cumbia, la hembra coqueta y bailo feliz
Y yo soy la cumbia, la hembra coqueta, bailo feliz.
-Que bonito, es como un enamoramiento entre ella y los instrumentos.

-Si abuela, entre la hembra cumbia como música y los instrumentos que la “tocan”.

-¿Y usted sabe de dónde se originó la música?.

-¿De dónde abuela?.

-De los sonidos de la naturaleza.
Y entonces me cuenta que Jorge Villamil, gran compositor colombiano, escribió la canción los guaduales por la idea de una lavandera que una vez se encontró en un río. Ella le dijo que por qué no le cantaba a los guaduales -¿A los guaduales? preguntó él.  Si, a los guaduales, le dijo la lavandera, mírelos como lloran, cantan y ríen con el viento ¡Ellos también tienen alma!. Y entonces me canta la canción, y yo la escribo:

Lloran, lloran los guaduales,
Porque, también tienen alma,
Y los he visto llorando,
Y los he visto llorando
Cuando en las tardes
Los estremece el viento en los valles.

También los he visto alegres
Entrelazados, mirando al río
Danzar al agreste canto
Que dan los mirlos y los cigarros
O envueltos en polvaredas
Que se levantan en los caminos


Caminos que azota el viento
Al paso alegre del campesino
Y todos vamos cantando o llorando por la vida
Somos como los guaduales a la vera del camino
Somos como los guaduales a la vera del camino.


-Que bonito abuela.

Para conocer algo màs sobre Jorge Villamil y su historia, puede acceder al link

CAL Y ARENA...

Foto: Gina Ruz
02/01/07

La abuela ha estado triste. Ya hemos hablado que deseo viajar este año a España, que he conocido de un lugar llamado FalconBlanco y deseo intentar vivir en una eco aldea. Sabe que si me voy, hay menos posibilidades que nos veamos pronto…
También está triste porque Fernando, el vecino, se va para España este mes. Tiene una oportunidad de trabajo y ha decidido irse, ya que en este pueblo no ha tenido posibilidades de trabajo, sólo está vendiendo minutos celular para mantener a su esposa y su hija Luisa Fernanda. Fernando es como su hijo, ya que en los últimos años ha estado muy pendiente de ella, y tan cerca, que la atiende y le hace favores como ir a comprar el desayuno. Ella le guarda desayuno, al igual que a la señora Cecilia y a la señora Teresa cuando viene temprano, y a todo el que venga de visita recibe café, pan, agua panela, vino o galletas, dependiendo de la hora o del día.

Y en su tristeza ahora le duele el cuello y el brazo y entonces le pregunto que si el de la fractura o el otro y me dice que el otro, entonces le digo que qué bueno porque entonces emparejó y la beso y ella se ríe y dice que con ese beso ya se compuso.
Y al rato se queda pensativa y le rueda una lágrima. Y se limpia y se excusa de que le arden los ojos, y yo le echo el ungüento para los dolores en el cuello, deseando tener uno para los dolores del corazón…

03/01/07
Pero los buenos momentos también nos asisten, como cuando vino el hijo de la señora Blanca a saludar a la abuela, que fue su profesora en el kinder. Hace 40 años que él conoció a la abuela, y recuerda con mucho afecto esa época. Me cuenta que la abuela les regalaba uvas del árbol del patio cuando ellos se portaban bien, y que les decía que se les iba a crecer la nariz como pinocho si le decían mentiras. Me dice que la abuela es una de las personas más queridas en el pueblo, y que a él le encanta que ella después de tantos años todavía se acuerde de él, y ella se ríe y dice que no digan esas cosas que se las va a creer, y entonces yo le cuento que mi abuela tiene muchos trucos para acordarse de la gente.
-¿Cómo hace? Me pregunta intrigado.
- Pues a la mayoría los conoce por la voz- le digo. Cuando la saludan, ella los saluda por el nombre, y aún no los ha mirado ¡Así que los conoce por la voz!. Las personas que tiene mucho tiempo que no ve, les pregunta por la familia y así adivina. Los que no tiene ni idea, simplemente pregunta de manera directa ¡Pero hay una que es la mejor!.
-¿Cuál? ¡Cuente!
-Hay unas gemelas que ve todos los días, que tienen la voz y el rostro muy parecidos, ¡Así que ni manera!.
-¿Cómo hace entonces?.
-Pues la abuela sabe que a Bernarda le ordenaron medias para várices y se las pone todos los días. Entonces cuando la saludan, la abuela le mira las piernas. Si tiene las medias es Bernarda y si no ¡Es Celia!.
Y todos nos reímos.

LA RELIGION

Foto: Gina Ruz
01/01/07

Ayer fui a misa. Estuve arreglada a las diez de la noche, y no había otra cosa que hacer en el pueblo que tomar licor o ir a misa con los vecinos. Y resignada,  viéndolo como un espectáculo propio de las fiestas de fin de año, me decidí por lo segundo, y lo tomé como una espectadora de un ritual que bien conocía, de tanto que había ido: En la infancia misionera, en la catequesis de la juventud, y en los cursillos de cristiandad como dirigente cuando regresé a Magangué después de la universidad. También me acordé de las misas de Italia, la capilla sixtina, la iglesia de San Francisco de Asís... los coros gregorianos... Hoy aquí, en una pequeña parroquia de paredes blancas  y una niña poco afinada, que nos desanimaba a cantar el alabaré, alabaré, alabaré, alabaré; y el padre lucía cansado de su última obligación del día y del año, tanto que cometió la ligereza de decir que Benedicto era XIV y no XVI. En ningún momento corrigió. Quizás porque no se dio cuenta, o porque pensó que nadie se daría cuenta, o porque están acostumbrados a tomar todo lo que el sacerdote dice como palabra de Dios…
Pienso que muchas de las oraciones y rituales de la iglesia perpetúan el concepto de un dios distante, castigador  y vengativo, y que sólo se puede acceder a sus "dádivas" a través de la religión y el templo físico. Pero yo creo que Dios está dentro de cada uno, y es una pérdida de tiempo intentar buscarlo fuera, o en los rituales repetitivos que para muchos ya han perdido sentido, o inclusive nunca lo han tenido. La ideología de la religión, o del cristianismo, con Jesús como maestro, de Amor a Dios sobre todas las cosas y de amor y perdón para sí mismo y para los semejantes, ha perdido el sentido que realmente tenía cuando el existió, cuando él transmitió el mensaje, y ha sido tergiversado con los siglos por las instituciones y los seguidores…
Y entonces no creo que el esté en un pedazo de pan que tienes que ir a buscar todos los domingos para que te perdone todo lo que hiciste, y de paso lo que vas a hacer, porque hay mucha gente que practica lo de pecar y rezar para empatar, uno de tantos aspectos de la doble moral que la religión ha generado en la sociedad.

-¿Y qué te pasó entonces?

Me pregunta mi hermana hace pocos días.

-Tú que eras tan religiosa ¿Te montaste en el avión y te diste cuenta que Dios no estaba en el cielo?

Podría responder que sí, podría utilizar esa simbología de elevarme y ver el mundo desde arriba, desde otra perspectiva ¡No crean que no lo había pensado, ya yo había bromeado al respecto en uno de los comentarios que hago de las fotos de las hermosas nubes sobre el Vaticano: -No vi a los ángeles, escribí en aquel entonces, Dios no estaba en lo alto de ese cielo…

Y es que siempre he pensado que Dios está en el corazón que cada ser humano. Mi renovada creencia en la religión católica de los últimos 4 años había  surgido a partir de la inseguridad en mí misma, empeorada en el ambiente infernal (al retornar) a un pueblo pequeño. Al pueblo natal. Me rendí a ser y a hacer lo que otros consideraban era lo “correcto”, cuando en el fondo sentía el conflicto de pensar diferente.

Cuando viajas te das cuenta que, lejos de estar loco por pensar diferente, sólo estabas en el lugar equivocado, con la gente equivocada. Puede pensarse que sigue siendo causa de mi inseguridad querer cambiar de ambiente, volver a Europa, ya que puedo rebelarme y ser yo misma en el lugar que desee, pero es sustancialmente más difícil serlo en tu ciudad natal. "Nadie es profeta en su pueblo" dijo alguna vez un sabio Maestro.

Y la opinión acerca de la religión es sólo una de las que tantas opiniones con las que difiero con muchas personas. Está el tema de la comida, el licor, la meditación, la medicina, la forma de hacer ejercicio, la tolerancia, la privacidad, el amor... eso de tener que casarse a cierta edad, con los consabidos hijos (¡”#$%&/).

-¡Mija no se vaya a quedar sola!. Me dice la abuela.-

- Cómo que sola abuela, no me venga a decir eso, usted también tomó decisiones difíciles en su tiempo y mire como está-.

-Pues sola

-No diga eso, todo el mundo la quiere, la visita y le agradece, además que usted opina y hace lo que le da la gana y no se ha enfermado de nada, o qué quiere, que corra a casarme con el primero que se aparezca sólo para que la gente deje de joder, y me muera de cáncer de seno de puro resentimiento porque no nos llevamos bien?

-Pero no lo piense mucho, usted tiene que decidirse, tiene que arriesgarse-

-Eso suena como si estuviera jugando a la lotería.

-Si... eso es como una lotería.

AÑO NUEVO…

Foto: Gina Ruz
31 /12/06
5:00pm


-¿Vá a ir a la misa?


-No abuela, yo le puedo dar gracias a Dios desde aquí, desde donde esté.-

-Pero puede ir a darle gracias a Dios en su templo…


-El templo de Dios es el corazón de los hombres abuela- . Le digo. Y la abrazo y le doy un beso y ella continúa:

-Pero puede darle gracias a Dios en su gran y hermoso templo allá en la iglesia…

-¡Ay ya me quiere convencer abuela!-. Y dándole una palmada en la cadera huyo hacia la cocina, y ella me sigue.

-No le vaya a pasar como a mí... y al adventista que me quería convertir y no pudo.

-¿Qué le pasó?

- Me decía que me pasara para su religión y el me ponía una biblioteca nueva y bonita.

-¿Y usted qué hizo?-

-Nunca le hice caso y un día se fue del pueblo y me dijo que era porque yo no me había querido cambiar de religión.

Nos reímos. Le sirvo el agua panela de la noche y le cambio el tema:

-Se acabó el queso Holandés, ya nos toca sólo con pan, y como es tan temprano, creo que hoy serán tres tandas de aguapanela antes de irnos a dormir.
Y ella se ríe de nuevo. Se sienta en la mesedora de metal y plástico y se mece, mirando el techo. Yo me siento en el suelo, cerca de ella. Y escuchamos en la radio la canción: Año nuevo, vida nueva…

-Año nuevo, vida nueva ¿Cuál vida nueva? ¡Si es la misma vida!-

-Si abuela, la vida no cambia, la gente no cambia, lo que puede cambiar es la visión.

-Si, lo que cambia es la forma de ver la vida…

Y allí nos quedamos, en la penumbra, en la víspera del año nuevo, sudando el aguapanela, pensando…
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LOS RECUERDOS
























ELEMENTOS DEL GRUPO DE DANZAS.
Fotos: Gina Ruz

31/12/06
Hoy vino Luis Acuña. Es un joven de piel blanca de unos 35 años, que saluda la abuela con una efusividad que no le es correspondida, porque la abuela no se acuerda de quién es él. Tanta gente la conoce y viene de fuera, que ella no recuerda a todo el mundo, sobre todo porque a veces han pasado muchos años. Ella les sigue la corriente la mayoría de las veces, hasta que por la conversación descubre quién es, pero a veces cuándo está muy perdida pregunta :

- Y usted quién es?, yo no me acuerdo…-

- Soy Luis, el hijo de Eduardo Acuña, no se acuerda?

Y La abuela se acuerda y lo hace sentar.
Luis, recuerda los consejos de la abuela cuando ella trabajaba en la biblioteca, y ahora regresa a darle las gracias, con esa emoción y efusividad que me conmueve. Luis ahora trabaja en un almacén de tapetes persas en Medellín. Es ahora musulmán, y ayuna y guarda el Ramadán y pronto va a buscar una esposa a Paquistán. Y la abuela escucha, y pregunta sobre la religión para aprender más, y respeta…
Y cuando Luis se va, la abuela se acuerda de él y su padre, Eduardo, que también estuvo en el grupo de danzas, y me cuenta que Eduardo era declamador y un día le hicieron una broma…

-Qué broma abuela?-

-(Risas) Es que el era el narrador e íbamos a presentar la historia del tabaco, la caña de azúcar y el café.

-Aja, cuente..

-Es que Eduardo era muy serio, el ya tenía como 25 años, entonces a mí se me ocurrió el día anterior a la obra, que disfrazáramos a las muchachas, y entonces la que era el tabaco tenía una falda echa de cartón, pero parecían las hojas del tabaco, la pintamos y todo. El del café llevaba en la cabeza una cesta llena de granos de café y la de la caña de azúcar tenía unas hojas en la cabeza largas como las de la caña. (risas)

-Y que pasó?

-Pues que el día siguiente Eduardo ve a todo el mundo diferente, casi irreconocible y me dice: ¿Y yo voy a narrar así, con todo el mundo disfrazado, en esas fachas? (risas).
Lucía también regresó a visitar a la familia. Emocionada viene a visitar a su abuela Cristina, y cuando la abuela presenta a su nieta, no sé si se refiere a ella o a mí, y le pregunto y las tres nos reímos, y se sienta y nos cuenta cómo le fue en Europa: Después de más de 10 años de vivir entre Inglaterra, Sur África y España. Nos cuenta que estuvo casada por 5 años y que se separó, que no tiene hijos y que regresa a Bogotá a mirar si se amaña, y si no, regresa a España porque le encanta Barcelona y ya tiene el tiquete de regreso para marzo. Lucía recuerda también los 6 años que estuvo en el grupo de danza, recuerda las presentaciones y todos los premios que se ganaron, y divertida recuerda la vez que estuvieron en Ibagué y no los dejaron venir hasta la premiación y entonces ellos creían que iban a ganar, pero resulta que nombraron el tercer lugar y el segundo y el primero, y a ellos no los nombraron y se van enojando todos, y luego les dicen que los declararon fuera de concurso y refunfuñando se montan en el bus y Michael dice  ¡Pa’ qué nos invitan si no nos van a dejar concursar! Y la abuela preocupada pregunta a los organizadores qué pasó y regresa a decirles: “No sean tontos, eso lo que quiere decir es que de ahora en adelante ya no pueden concursar porque nadie los puede superar” y todos se ríen y festejan, y la abuela se acuerda ahora y también se ríe.

La abuela se da cuenta que Lucía y yo nos entendemos y entonces se va y nos deja conversando, y cuando Lucía se va, prometiendo volver, la abuela me cuenta que a ella nadie la quería en el grupo y la empujaban y no la dejaban bailar, todo porque era diferente, pensaba diferente. La abuela la defendía y dejó a la otra niña una semana sin bailar, por no respetar a Lucía.

Y esas son las cosas que hacen a la gente volver a saludar y a agradecer a la abuela. Y ahí llegó otra muchacha con dos niños, que también estuvo en el grupo, y son tantas personas que no puedo escribir de cada una de ellas, y la abuela tampoco se acuerda, pero ellos sí se acuerdan, se acuerdan de los consejos de la abuela, de todo lo que aprendieron hace 5, 10, 20 o 30 años, el tiempo que la abuela ha enseñado de la vida y las danzas indígenas al pueblo de Ambalema.

SUS AMORES

Foto: Gina Ruz
La abuela tenía un perro que se llamaba Macondo, se lo regalaron cuando ella llegó al pueblo, por allá en el año sesenta. Al principio mi abuela se dedicaba a coser, y luego tuvo un kinder, y también llevaban serenatas sobre todo de canciones religiosas, y Macondo los acompañaba, y cuando la abuela no iba, los cantantes pasaban por la calle y le sonaban las cuerdas de la guitarra, y allí va macondo que se desespera, y raspa la puerta desde dentro, y llora que lo dejen salir, que el quiere ir y la abuela lo deja, va a la serenata, y cuando vuelven en la madrugada ellos siguen y el se queda en casa.

A Macondo lo envenenaron después de 13 años de vivir con la abuela. Un señor quería envenenar al perro del vecino por bravo, y cayó macondo. Y la abuela no volvió a tener perro. Dice ahora que no es bueno que los perros dependan de la gente, que anden detrás de ella, que es mejor que anden libres y tengan espacio para correr.

Yayita tampoco está en casa. La señora Elsy la cuida ahora. La abuela dice que se monta en los árboles y ella ya no la puede coger, así que mejor que esté donde Elsy. Después del brazo roto hace un año, la abuela no la podía cuidar, porque estuvo en Mariquita un tiempo y luego aquí, tres meses durmiendo en la silla en la sala, donde antes dormía Yayita. Y Constanza me cuenta y hace cara de horror cuando se imagina lo que le debió doler a la abuela cuando por la edad no pudieron operarla ni ponerle yeso, y la mandaron a la casa así y se curó el brazo con el sobandero del pueblo. Constanza recuerda cómo ella se agarraba de la cama más duro cada vez, y apretaba el pañuelo en la boca y respiraba profundo con cada sobo, con cada día, hasta que se curó.

Yayita no está, y a veces la extraño. La recuerdo desde la infancia, cuando venía a visitar a la abuela con mi madre y mis dos hermanos. Recuerdo cómo cuando cantaba el Ave María en las mañanas, o su voz preguntando altanera: “Y es que la lora no come, no comeeeee?!”, o cuando llamaba a Gina al amanecer, y todos durmiendo de lo lindo y ella: "¡Ginaaaaa, Ginaaaaaaaaaaaaaaa, Ginaaaaaaaaaaaaaaaa!" y Gina se levantaba enojada y le decia: ¡¿Quéee?! y ella le decia: ¿Quiere cacaooo?
O cuando se reía del llanto de Salvador y lo imitaba, o cuando se reía de las conversaciones de los demás, o cuando respondía desde el patio y en la casa vacía ¡No estáaaaa! si alguien preguntaba por la abuela en la puerta, lo que hizo a más de uno quedarse un rato a seguir preguntando, pensando que alguien estaba en la casa; o cuando lloraba como un niño y la gente que no conocía a la abuela le decían que atendiera al niño, que pobrecito llorando, que después seguían la encuesta. Y la abuela les mostraba el niño de plumas verdes y gran pico y la gente admirada se reía, y yayita también. Aunque a veces se enojaba, y picoteaba a la abuela, o correteaba a los demás. Por eso la abuela la tenía más tiempo en la jaula últimamente.
Y es que Yayita siempre tuvo su genio, inclusive con condorito, porque cuando lo veía triste le decía: “No llore, maricaaaaa, no lloreeee!!”, y cuando condorito se murió, y la visitaba el loro de la vecina, más joven y más grande que ella, ella lo picoteaba de vez en cuando, y dejaba de hablar, a veces también dejaba de hablarle a la abuela.

Yayita ya está vieja. Fue un regalo de Salvador, mi padre, cuando la abuela visitó la costa, hace más de 25 años. Fue también cuando la abuela conoció las corralejas, en Magangué y se horrorizó; y se escandalizó aún más cuando vio descuartizar un galápago aún vivo en una olla hirviendo en la cocina de mi padre, y no comió, de tristeza por el animal, y muy a pesar de la insistencia de mi padre.

-El bocachico sí me gusta- me cuenta ahora.

Y le digo que ya la gente ya no come tanto el galápago, por que está en vía de extinción, y le digo que eso es culpa de la religión católica, por andar prohibiendo la carne de res en semana santa, y aprobar el manatí, y luego el galápago, y la gente los caza en gran cantidad en una semana, y afecta su ritmo se reproducción, y los pone en peligro de extinción. Pero le digo que las cosas han mejorado y hay más control…

- Qué hace?

- Escribo abuela. Me llamó mi tía Bety, la hermana de mi papá, que saludos-

- ¿La llamó?

- Si abuela, me llamó, está en Leticia, y también mi tía Olga le manda muchos saludos.

- ¿Ah que bueno, eso nutre más que cualquier sancocho… y por cierto, qué va a almorzar, sus pastas o el tamal?.

SU HISTORIA

Foto: Gina Ruz
SU HISTORIA

Abuela, donde nació usted ¿En Rovira?

-Noo, yo soy del Sur del Tolima, yo soy Pijao! (Y sonríe, levanta el mentón con altivez, y hace una pausa). Yo nací en el campo, en una finca que se llamaba potrerillo, en una vereda del municipio de Coello...-Viví mucho tiempo en la finca con mis abuelos y mi madre-

-Y su padre abuela?-

Él era aristócrata, y vivía con su familia en la ciudad.

- ¿Y el estudio?-

-Estudié sólo primaria en una escuela de campo-.

-¿Y los hijos abuela?

-Como a los 22 tuve a María Mercy, luego a José, Dilia y Benjamín. ¿Y por qué me pregunta todo eso? venga a desayunar, deje ese computador.

-Ya voy. Una última pregunta abuela ¿Y el padre de ellos, de sus hijos, si le puedo preguntar?

-Nos separamos por polítíca. Venga a desayunar que se le enfría.

- ¿Por política?-

- Sí, y porque tenía una novia en Beltrán, un día vino José y me dijo que había una amiga de su papá y que él los había presentado como sobrinos, Y entonces yo pensé,( y se queda un momento mirando al vacío, deja la estufa y se sienta de nuevo)… me voy a tener que separar…-.

- Ah ya, ¿Y por qué por política abuela?

-Ah, porque la mamá no me quería porque yo era liberal y ellos conservadores... se le enfría el chocolate...

¿Y entonces se vino a Ambalema?

-Si, con Dilia de 2 años, José de 1 y Benjamín de brazos.

¿Y mi mamá?.
- ¿Mercy' se quedó con los abuelos en el campo-. Pero sólo un año... yo fui por ella después.

-¿Y entonces qué hizo abuela?

-Me vine con el Señor alcalde Alfonso Turín y su señora, a cuidarle los niños. Trabajé con ellos hasta que el renunció y se fue del pueblo.

-¿Y eso cuanto tiempo fue eso abuela?

-No me acuerdo, en ese tiempo los alcaldes eran nombrados por el gobierno. Venga a desayunar.

-¿Y después? Me levanto a poner los platos en la mesa.

-Después trabajé con el señor Ricardo Borrero y la Señora Tulia. Le cuidaba los niños, en la hacienda donde ellos vivían. Los niños me querían porque les enseñaba canciones y juegos. Tenían también dos perros, Laica y uno mechudo que no me acuerdo el nombre, ¡pero tenía nombre de presidente! (y se ríe). La Señora Tulia me regañó un día porque el perro le mordió la nalga a un trabajador que se entró a la casa sin pedir permiso. Ella decía que esas eran cosas mías.

-¿Y por qué abuela?

-Por que ellos tenían la costumbre de entrar sin permiso y mirar los cuartos si llamaban y nadie respondía, y una vez uno entró y yo miré a laica y le hice shhhh!, y ella se le fue detrás,¡pero no pensé que lo fuera a agarrar del pantalón! (risas).

-¡Entonces si era cosa suya!

-Si, pa´que aprendieran, después de eso se les quitó la maña!.
Los cerdos del patio de al lado también tenían la costumbre de pasarse para nuestro patio, y un día la señora Tulia me pregunta: qué es ese ruido?, y yo le dije, ah, esos son los cerdos de al lado. Pero porqué chillan así?, (risas) y miramos y ya llevaba el perro el cerdito por el pescuezo y lo puso del otro lado de la cerca!. -Esas son cosas suyas-, me dijo. (Risas).

-Y cuánto tiempo demoró allí?.

-Dos años y medio, me salí para poner el kinder. Cuando me había ido, un día llegaron los perros, Laica y el que tenía nombre de presidente, pero ahora no me acuerdo. Movieron la cabeza como saludándome y a uno de ellos se le salieron las lágrimas, yo les dije que se fueran ya para la casa.

-¿y que pasó?-
-A los dos días viene la Señora Tulia a preguntar que si los perros no habían venido.

-¿Se perdieron abuela?

-Se fueron de la casa, nunca más se volvió a saber de ellos ¿Y usted por qué me pregunta tanto?

-Para saber abuela. Para entender ¿Y el kinder?

- En el Kinder yo tenía 25 niños, y algunos del pueblo molestaban porque decían, mire, la que aprendió a leer con la Señora Tulia tiene kinder.

-Y usted que hacía?
-¡Pues no pararles bolas!. El examen al final de año de los niños era hacer muñecas de lana gruesa, y escribir los números que habían aprendido y ¡luego salieron diciendo que eso lo aprendí en la finca de Pajonales!. Venga lleve las tazas de chocolate a la mesa.

-¿Y el grupo de danza?

-Pues estando en eso decidimos hacer un grupo de danzas, por allá en el 74, y un grupo de gente decidió que podíamos representar a Ambalema en un concurso y fuimos.

-¿Y cuánto tiempo tuvo el Kinder?

-Tres años o tres años y medio. Ya no me acuerdo.

-¿Y luego fue el trabajo en la biblioteca?

-Si, en el 75, allá también algunos decían que tenían de bibliotecaria a alguien que había aprendido a leer donde doña Tulia.

-Y no era verdad.

-No, no era verdad, la Señora tulia cuando se enteró se molestó y me dijo que no les parara bolas, que siguiera con lo mío. También había quienes me conocían y conocían a mi familia, y me defendían, porque sabían que venía de buena familia, sólo que me había distanciado, porque mi tío quería casarme con uno que yo no quería…
Había quienes sabían también que a mi me gustaba mucho leer. Yo al principio leía hasta los recortes de periódico en los que Benjamín me traía envuelto el jabón, y así me enteraba de muchas cosas. Luego en la biblioteca leí todos los libros que pude…Y ya no me pregunte más.

Y le recordé que ella me había contado que trabajó diez años y medio en la biblioteca del pueblo. Me contó cómo unos muchachos tuvieron la idea, y le vinieron a pedir consejo a ella, y ella los mandó donde el padre Bejarano (mollete), y éste los manda donde el Alcalde de turno (chivo loco), quien les dice que lo ve difícil pero que le escriban a Colcultura, y en el pueblo les regalaron unos libros, unas sillas,  y así comenzó la biblioteca de Ambalema, y mucho después la abuela fue la bibliotecaria, y ella y ella seguía escribiendo a Colcultura, y un día mandaron unos libros al Banco, y el gerente le preguntó que si ella los había pedido y ella dijo que sí, y el gerente se enojó por qué no le había dicho, que a él su jefe de Bogotá le preguntó y el no sabía nada, que había quedado como zapato, pero ella le dijo:
-¿No ve que si le digo usted me dice que no lo haga?, sólo era una idea…-
Idea que llenó a la biblioteca que muchos libros de pintura, arte, poesía, medicina, enciclopedias, la historia de los indígenas de Colombia, y la gente aprendió mucho y la abuela también.
Mucha gente iba a la biblioteca a hablar con la abuela, y a escuchar sus consejos, pero no faltaba el que llegaba a invitar a la abuela a salir y tomar cerveza. Y ella decía que no, que le hacía daño
-¿y es que a usted le pagan con botones o qué?- le preguntaron un día.
-¿Por qué?
-Porque nunca puede comprar cerveza…

-Un día me enfermé de los ojos y me operaron, y como ya estaba vieja, me querían echar, pero pasaron dos alcaldes y nadie se decidía, hasta que llegó el alcalde Rondón y decidió pensionarme en vez de echarme.
–Que regalo abuela- le digo. Ella se queda en silencio y luego confiesa:
-Yo rezo por él todos los días y le pido a mi Dios y a la santísima virgen que lo proteja de todo mal y peligro.
– ¿Y él está vivo?

- Si, vive en Ibagué.

-¿Y el grupo de danza abuela?

-Lo tuve hasta el año pasado. (silencio).

-Pero no se ponga triste abuela, todo tiene su ciclo.

-Si todo tiene su ciclo…¿Ya terminó la entrevista? ¿Ahora sí va a desayunar?

-Más bien esperar a ver si alguien lo quiere seguir, los pueblos se merecen lo que tienen, así que esperemos que Ambalema se merezca continuar con la tradición.

-Pues a ver si alguien lo quiere seguir…

UNA REFLEXION

Foto: Gina Ruz
Dic 28 del 2006
No estoy acostumbrada a ver tantas personas en casa antes de las 9 am, además porque entran hasta el cuarto sin permiso, y porque me ven como un bicho raro y ya estoy pensando en la posibilidad de cobrar la entrada y la chismoseada. Ya deben saber que no como carne ni leche de vaca, y que me pongo a “pensar” muy a menudo. Además ver un computador portátil es nuevo, y ahí viene Luisa Fernanda que le ponga tal o cual música, que mejor mire esto, que le muestre lo otro, y tanta intromisión no me gusta. No puedo pensar, y mucho menos escribir si a cada segundo debo responderle una pregunta, y si no lo hago se enoja y se va, y mi abuela me pregunta que qué le paso, y yo le digo que no sé, que no puedo estar pendiente de si se molesta o no, y mi abuela dice que tengo razón, pero sé que le preocupa, los vecinos son su familia. Ahí vino la Sra Elsy a contarme –por tercera vez- que casi no le hacen bien el baño a la abuela, que mire que Benjamín quería un baño privado y la abuela no, pero no le hacía caso, y tuvo que intervenir ella a salvar a la abuela, y que lo hicieran como era que se debía hacer, sin embargo no quedó bueno del todo… Y cuando la escucho me pregunto por qué me lo dice de nuevo, si quiere aceptación, reconocimiento, agradecimiento, ya le expresé eso la primera vez, si quiere que opine en contra o a favor, no puedo hacerlo puesto que me dá lo mismo, no sé qué desea.
Pero no debo preguntárselo de manera directa. La comunicación dista mucho de ser sincera y directa, como me gusta a mí, puedo ver que suele ser ambigua y con doble intención. Tenía una idea distinta de la gente de mi país, pero he notado que muchas personas que parecen amables, esconden una doble intención en su amabilidad: reconocimiento, o agradecimiento, o que les devuelvan el favor, o intervenir y opinar en la vida de los demás, todo lo cual si no es realizado, se sienten desilusionados y enojados. Lo veo ahora como intento de manipulación, y no me gusta.
Y es que Ambalema es su familia, entonces lo que diga o deje de decir, lo que se salga de sus esquemas, les aterra y a mi abuela le preocupa, así me diga lo contrario, lo que también me incomoda entonces, porque no deseo preocuparla. Pero espero que mi abuela entienda, entonces hablamos de libertad, de sinceridad, de tolerancia, de dejar ser a los demás como desean ser, de encontrarme a mí misma, de ya no creer en la religión sino en una filosofía de vida, y mi abuela me dice que estoy confundida, que tanta información y conocimiento de otros lugares me tiene confundida... Y me siento en el patio, cerca de las plantas, a mirarlas y a pensar, y entonces me deja sola, porque sabe que lo necesito, sabe que debo organizar mis pensamientos…

Pero yo creo que estoy más cerca de mí ahora, realmente tengo más claros mis deseos, mis conceptos, mi ideología de vida. En mi no hay tristeza o desesperación como antes, no deseo salir corriendo, estos meses aquí con la abuela me han servido, lejos de todo y de todos... estoy conmigo y estoy bien, sólo que en algunos lugares hay que lidiar con unas cosas y en otros con otras...
Las pequeñas ciudades tienen gente solidaria, amable (aunque este concepto de "solidaridad" está cambiando en mí), estoy conectada con la tierra, con el campo, puedo comer los frutos y vegetales sanos y con mucha energía, estoy en contacto con el aire puro, hay paz y tranquilidad y la vida transcurre más lentamente. La desventaja es que muchas personas no están conectadas con las ideas de mejorar la alimentación, en mi país profesar y practicar la religión católica ha llevado a la tendencia de una doble moral, y no se conoce ni se respetan otras ideas como la meditación el Tai-chi o el Yoga, Reiki...
En las grandes ciudades, las personas conocen y entienden más acerca de las dietas vegetarias, el yoga, el Tai-chi el Reiki, la medicina Tradicional China o al menos puedo ver mentes abiertas, más respeto hacia la opinión diferente y la vida privada de cada uno, cosa que me encanta, pero lamentablemente hay mucho materialismo, la sociedad consumista inunda la vida y los hogares de la gente, la competencia es abrumadora y la vida transcurre frenéticamente. Contaminación, mala alimentación, ruido, violencia (aunque en mi país la hay en todas partes) generan otros males y la gente se desconecta de su interior, de su alma, deja de escucharse, para escuchar los deseos de los sentidos -que impone el sistema- y vivir su vida sólo satisfaciéndolos: Consumismo y productividad.

Y ahora mi abuela me dice que si estoy leyendo otra vez, que deje el computador, que debo mejor descansar y pensar…

¿Todo suena trágico no? pero no lo es, puedo verlo ahora y sé que no soy víctima, yo he escogido cada momento de mi vida y los he vivido coherentemente: Cuando estudié medicina alopática creí en lo que hacía. Cuando vendí planes vacacionales de tiempo compartido para poder seguir estudiando medicina, creí en lo que hacía. Cuando fui gerente de la empresa de salud, creí en lo que hacía. Cuando me quedé sin trabajo por rechazar la forma como se estaba manejando el sistema de salud, creí en lo que hacía. Cuando viajé para conocer otras culturas y la forma como la gente vive en Europa, creí en lo que hacía.

Ahora deseo encontrar un lugar donde pueda conjugar las mejores cosas que tiene la naturaleza, con gente amable que respete las opiniones de los demás (sin presionar o esperar algo a cambio) y que puedan ayudarme a crecer y se dejen ayudar también. Personas más conectadas con sus sentimientos, con sus emociones, que puedan diferenciar cuando el ego les habla o cuando un deseo viene del alma. Yo estoy en ese proceso, pero tengo tanta inseguridad y tanta tendencia a satisfacer a los demás, que mi ego rápidamente toma el mando y vuelve a decirme lo que tengo que hacer, lo que la sociedad dice que debo hacer. Lo ideal sería no tener que aislarse para pensar, simplemente ser en este mundo, pero para mí es difícil alrededor de tantas personas diciéndome lo contrario…

31-12-06
Luisa volvió. Estamos escuchando de nuevo Cruz de Navajas. Le gusta mucho esa canción desde el año pasado que la canté para ella. Ahora se la sabe y le explico el significado. Y la cantamos juntas. Los días anteriores habían sido de distancia ya que estaba enojada conmigo porque le dije que no me gustaba que me mintiera, y que quería que respetara un poco más. Ella y la mamá se enojan y se distancian y luego vuelven como si nada hubiera pasado, y yo las recibo y charlo, y las quiero y les cuento como pienso, ya que en este proceso de aceptarme a mí misma, debo entender que es difícil hacerlo, si ya es difícil para mi aceptarme, mucho más para los demás. Y a veces no les digo que no estoy de acuerdo que hablen de los demás, simplemente expreso mi punto de vista, pero cuando la divergencia es extrema, entonces se enoja y se va, y yo espero, porque vuelve al rato, o al otro día…
También debo hacer mi parte (inclusive cuando deseo hacer otra cosa) como ir a su casa, charlar, escucharla, explicarle en detalle muchas cosas, compartir el desayuno, a veces también el almuerzo. Aunque es un equilibrio adecuado que me permite sentirme bien, hacerlos sentir bien y tener espacios para mí también, para no salir corriendo, en este tiempo sabático que he tomado para pensar, para estar más cerca a mí raíces y comprender el pasado, para visualizar el futuro.

SUS ANHELOS

Foto: Gina Ruz.

La abuela y yo seguimos escuchando canciones, canciones con un mensaje.
Le presenté la canción  Pablo Pueblo, el padre Antonio, Pedro Navajas, Plástico,
Y mientras sonaban le repetía las letras, para que escuchara.
Y dijo que es cierto que Pablo Pueblo compra el billete de la lotería
Y se gasta unos pesos en unos tragos.
Y Se reía del muchacho plástico cara de yo no fui,
Y estuvo de acuerdo con que se ven las caras, pero nunca el corazón.
Cerraba los ojos y escuchaba, aunque a veces yo no estaba segura que estuviera despierta, hasta que el padre Antonio cayó ostia en mano sin saber por qué,

¡Ay Dios mío! Le escuché.

Y Andrés murió a su lado sin conocer a Pelé.

-Sin conocer a quién?.

-Pelé abuela, el jugador de fútbol. Y entonces se puso triste.Y pensé que fue demasiado.
Y se sintió mareada,
Como cuando vino Sandra y Paúl,
Como cuando habló con Carmen,
Como cuando estuvo mi tío Benjamín.
Y le digo que es la presión, o el colesterol
O el queso Gouda que minutos antes tomó con la aguapanela de la noche

-Quien sabe que le echan a ese queso para que no se dañe, me dijo.

Yo no había pensado en eso.
Pero si pienso que para ella es demasiado.
Y le di una agüita de limón y le dije que mañana le compro la alcachofa donde el señor Augusto, que ojalá abra, y que le va a tocar comenzar a tomar ajo para que le limpie la sangre

-Ah bueno, a mi me gusta el ajo-.

La abuela está cansada.Y por eso no dije nada cuando me enteré que ya no hay grupo de danza.

-¡Porque se ponen a tener novios en el grupo y eso está prohibido y ya se crecieron, y ya no escuchan!.

La abuela está cansada.

Hace unos años, la abuela soñó
que el mundo se estaba acabando,
Que los mortales nos hundíamos en fuego y lodo,
y la virgen, cargada por ángeles,
tomaba a sus fieles y los llevaba al cielo.
Mi abuela se agarró de su túnica,
pero la virgen la empujó,
le dijo que aún no era le tocaba a ella
que todavía le faltaba mucho por hacer en la tierra.
Yo sé que mi abuela no ha visitado la capilla Sixtina
ni conoce los frescos de Miguel Angel o Delacroix
pero yo si, y son como los sueños de la abuela:
hermosos, tristes, surreales, trágicos.

La abuela está cansada, pero no lo dice
Cierra los ojos y se marea,
Se le sube la presión de las emociones,
De las preocupaciones de otros,
De la vida de otros.

Ya no va a sentarse en la acera de la casa de la Sra Elsy.
El hueso roto de hace un año ya soldó, pero no su recuerdo.
Ahora se sienta en la silla rimax que le prestó su vecina,
Y mira hacia la calle, con la puerta medio abierta,
Y ve la gente pasar y saludar.
Las danzas ya no están,
Pero su familia sigue necesitándola, Ambalema la necesita y la busca.

-Qué hace? Se quedó dormida? Apague la luz-


-Estoy escribiendo abuela, ¿Cómo sigue?

-Ya se me paso el mareo. Pensé que se había quedado dormida. Ya acuéstese.

-Si abuela ya terminé.


-Ah bueno, que la virgen me la proteja-

-Amén abuela.

LAS DANZAS











Fotos: Gina Ruz.

RECONOCIMIENTOS DESDE 1974.
En la tarde quise compartir con la abuela algunas canciones de Petrona Martínez.

http://www.colombia.com/biografias/autonoticias/DetalleNoticia729.asp

-Esa es voz de campesina, de campesina negra-

-Si abuela, eso es bullerengue, se canta con las palmas y el tambor

-Es trova

-Sí, es trova

-Y le hablé del decimero mayor, y del artículo de Gina en el periódico de Montería, y de su trabajo por el rescate de la cultura y la tradición folclórica en Cartagena y del grupo de palenque, y escuchamos la canción de las farotas de un grupo de Mompox.

(Para ver la nota, acceda al link http://www.argenpress.info/nota.asp?num=035297 )

-Yo monté una danza de Farotas de un pueblo del Sur de Bolívar que ahora no me acuerdo el nombre. Al padre le gustaba mucho y una vez nos dijo: "Vengan a bailar, pero si no me traen la danza de las farotas ¡No vengan!".
El era costeño, de Bolívar, así que le gustaba mucho la danza. La historia dice que los españoles llegaron a un pueblo de Bolívar y las indias se dejaron conquistar por los españoles y despreciaron a los indios, entonces ellos se inventaron el baile donde ellos se visten de mujeres, bailan imitando a las indias, burlándose de ellas, hacen rondas tomándose de las faldas y hasta separan las blusas del cuerpo para simular que ellas quedan embarazadas, embarazadas de los españoles.

Esta historia la puedes encontrar en el sitio
http://www.talaigua.8k.com/favorite_links.html

Pero tambien hay otra historia, que habla de los indios Farotos de Talaigua, de sus mujeres violadas por los españoles cuando los indios se iban a cazar, los españoles entraban a sus bohìos en las noches y violaban a sus mujeres. Una noche los indios deciden esperar a los españoles en sus bohìos vestidos de mujeres españolas y los sorprenden, vengando asì el honor de sus indìgenas. Celebran el triunfo con un baile, y nace asì el baile de las Farotas.

-Pero no me puedo acordar el nombre del pueblo, es como Extremadura-.

-Yo tampoco lo sé abuela. Le dije.

Pero ahora lo sè, es Talaigua, y tambièn conozco la otra historia, la historia contada por los indìgenas, no por los españoles...

-¡Ay, pero un día uno de los muchachos de las danzas me hizo pasar una pena!, cuando le preguntaron que esa danza de dónde era, dijo que de España,¡ pero esa danza es de un pueblo de Bolívar!.

Y mi abuela conoce la versiòn española, la que le gusta al sacerdote, la que nos enseñan a todos. Pero la tradiciòn oral de nuestros pueblos, casi extinguida, puede ser rescatada y contada para todos, para recordar la historia, la real historia de la invasiòn española. Los españoles llegaron, robaron, asesinaron a los indìgenas, abusaron de sus mujeres, sometieron a la exclavitud a los africanos, y al no conocer los indìgenas la escritura, los españoles reescribieron la historia...


Para conocer màs acerca de la historia de las Farotas de Talaigua puede acceder al link
http://talaiguanuevo-bolivar.gov.co/apc-aa-files/32343735313664376237633839346139/CORPORACION_CULTURAL_FAROTAS_DE_TALAIGUA.doc

SU CORAZON

Foto: Gina Ruz.
25/12/06
Carmen está triste. Edgar, su hijo que estuvo en las danzas de la abuela, se fue de policía y ahora esta en Florencia. Ayer se salvó, no fue uno de los que murieron en el atentado terrorista, sin embargo ella no puede contener las lágrimas. Viene a saludar y a regresar el paraguas. Y la abuela le pregunta:

-¿Por qué está triste?. Y ella le cuenta.

-No se preocupe que no le pasó nada, vaya a la iglesia y ore más bien. Encomiéndeselo al corazón de Jesús y a María santísima. Encomiéndelo a los Ángeles y verá que se lo protegen.

Pero la iglesia esta cerrada y Carmen no comprende.

-“Hijuemichigas!!!, La iglesia no debería cerrar en un día como hoy!!”

Pero Carmen no comprende. No comprende que puede orar aquí, allá, en cualquier parte. Yo me quedo en silencio.

Carmen se va, y la abuela está triste.Y recuerda que hace 40 años escuchó una canción, que habla de nuestra guerra, por qué comenzó, cuándo y cómo. Se sienta, de lado, en su butaca, entorna los ojos,
apoya el mentón en el bastón, lo toma con las manos.

-No la escriba que no me acuerdo-.

Pero si se acuerda, y canta:

AL ABUELO

A quien engañas abuelo yo sé que tu estás llorando
Ende que taita y que mama arriba están descansando
Tú no me dijiste cómo, tampoco me dijiste cuándo
Pero en el cerro hay dos cruces que te los están recordando
Bajó la cabeza el viejo y dijo acariciando el muchacho
Tienes razón hijo, el odio todo ha cambiado
Los piones se fueron lejos el surco está abandonado
Y a mí ya me faltan juerzas, me pesa tanto el arado!
Y tú eres tan sólo un niño pa´sacar arriba el rancho.
Y dice chucho el arriero el que vive en los cañales
Que a unos lo matan por godos y a otros por liberales
Yo no lo compriendo abuelo y entonces qué es lo que vale
Mis taitas eran tan guenos, a nadie le hicieron males
Sólo una cosa compriendo, que ante Dios semos iguales
Aparecen en eleiciones unos que llaman caudillos
Andan prometiendo escuelas y puentes donde no hay río
Y al alma del campesino llega el color partidicio
Entonces aprende a odiar hasta al que fue su buen vecino
¡Sólo por esos malditos politiqueros de ojicio!
Ahora te comprendo abuelo, por dios no sigas llorando…
¿Para qué escribe todo eso?

Para acordarme abuela.

-¿Y para qué?

Y me quedo en silencio.

-Todo el mundo sufre, hay mucho mal en el mundo, pero todos tenemos mucho de mal y de bien dentro de nosotros.

-Si abuela, eso es cierto. Entonces se queda pensando, entrecierra los ojos, toma entre sus manos el bastón, apoya el mentón, y recuerda una poesía…


NO HAY AMIGOS

Yo no quisiera mirar lo que he mirado
A través del cristal de la experiencia
El mundo es un mercado en que se venden y se compran
Honores, voluntades y conciencia
El que nada atesora nada vale
En toda reunión pasa por necio
Y por muy nobles que sus hechos sean
Lo que alcanza es a la burla y al desprecio
Existe la virtud yo no lo niego
Pero es también conjunto defectuoso
Hay rasgos de virtud en el malvado
Y rasgo de maldad en el virtuoso
A nadie habrá de herir lo que aquí digo
Porque ceñido a la verdad estoy
Me dieron a beber hiel y veneno
Veneno y hiel en recompensa doy
Pero si peco en las palabras toscas
Estas frases oscuras y sin nombre
Doblando las rodillas en el polvo
Pido perdón a Dios y no a los hombres.

UN POCO DE TEATRO

Foto: Gina Ruz.


-Le gustó?


-Si, me gustó mucho abuela.¿Y ustedes interpretaban estas poesías?

-Si, desde que comenzamos las danzas, hace como 35 años. Pero algunas poesías, algunos sainetes porque la gente se aburría, entonces las volví dramatización con varios muchachos y así si les gustaba. En esta fueron tres personajes: un narrador, el médico y el paciente Garrid.Había otra… “Quieres que hablemos, está bien empieza”


-Esa la he oído abuela!.

-Esa es A SOLAS, la interpretaron dos muchachos, se me ocurrió así: Un secretario de oficina que está en su trabajo y llega un mensajero y le deja un paquete. El lo abre y es una foto de una mujer. La mira un momento con dolor, luego se pone de pie, tira la foto a la mesa y dice:

¿Quieres que hablemos?
Está bien empieza
Habla a mi corazón como a otros días
¿Pero que dirías?
¿Que podrías decir a mi tristeza?

Todo es vano, ya murieron las rosas en el huerto
El campo verde lo secó el verano
Ya mi fe en tí como mi amor ha muerto
Amor arrepentido, ave que quiere regresar al nido.
A través de la escarcha y la neblina
Amor que vienes aterido y yerto
Ya todo todo encontrarás en ruinas.

¿A qué has venido, para qué viniste?
Nadie ha de responderte
Esta sola mi alma y esta triste
Inmensamente triste hasta la muerte
Todas las ilusiones que te amaron
Las que quisieron compartir tu suerte
Mucho tiempo a la sombra te esperaron
Y se fueron cansadas de no verte.

Cuando por vez primera en mis caminos te encontré
Reían en los campos la alegre primavera
Todo era luz, encanto, sonrisas y alegría,
Hoy paso a paso voy por la desierta vía
Nave sin rumbo entre revueltas olas
Pensando en las tristezas del ocaso
Y en las tristezas de las almas solas.

Partiste para innota lontananza
¿Recuerdas? Te imploraba mi esperanza
Pero ya mi esperanza no te nombra
¿Para qué ha de nombrarte?
Vacía está el ara y la historia ya se trunca
Ya para qué esperar que llegue el día
Ya para qué decirnos todavía.

Si una voz grita en nuestras almas¡Nunca!
Anhelos de otro amor casto y risueño
Ya nunca volverán,
Se van, se esconden, los llamas
Es inútil, no responden
Ya los cubre el sudario de los muertos.

Hace tiempo se fue la primavera
Quedo el invierno lúgubre y sombrío
Ave fue nuestro amor, ave viajera
Y las aves se van cuando hace frío.


-Abuela, se la sabe toda!

-Si, me la aprendí de un libro. Y me acuerdo de otra, pero no de la última estrofa

¡Déle!, -le dije-, y seguí escribiendo:


INGRATITUD

Complicaciones arduas del corazón humano
Misterios insondables de la naturaleza
La vida es un problema, la vida es un arcano
Y por el mundo agitan su vuelo soberano
Dos aves de rapiña: la muerte y la tristeza.

Olvido y desengaño
Desilusiones crueles
Incompasivas almas
Emponzoñados senos
Por todas partes odio
Por todas partes hielo
Y en cuyo fondo hay acíbar y veneno.

La ingratitud sin duda
Es el mayor pecado
De todos los pecados
Es una vieja escuálida
De faz torva y ceñuda
Que habita entre los pechos depravados.

Ayer en recodo del áspero camino
Ayer tirado y triste un pobre peregrino
Solícito y amable le di a beber mi vino
Le di mi franca mano, después mi corazón
Con ardoroso empeño calmé su sed ardiente.

Cubrí todas sus llagas de mísero gitano
Sequé con mi pañuelo su sudorosa frente
Como si se tratara de mi mejor hermano
Mas tarde los caprichos de la voluble suerte
Cambiaron mi camino en zarzas y dolor.

Caí sobre la senda cansado,mustio inerte
Como si las caricias de un hálito de muerte
Sobre mi ser pasaran con gélido sopor.

Aquel a quien mi mano compasiva,
Cubriole de beneficios, sirviole de sostén
Pasó por el sendero con actitud altiva
Cubierto de oropeles y de riquezas iba
Y al verme hizo una mueca de orgullo y de desdén.

Pasó tranquilo y firme sin recordar que un día
Talvez estuvo con hambre y sin abrigo,
Sin recordar que fui sol para su ocaso
Para sus labios fuente, para su sien regazo
Y para sus tristezas su más intimo amigo.

Yo todo lo perdono con actitud de acero
Apuro hasta las heces mi vaso de acritud,
Mas perdonar no puede mi corazón sincero
A ese monstruo horrible aterrador y fiero
Que habita entre los hombres llamado ingratitud.

MEMORIAS DE ALGUNOS POEMAS

Foto: Gina Ruz.
25/12/2006

La abuela viene del patio, se me perdió desde hace un rato

-Estaba lavando unos corotos-. Me dijo

-Pero llame a Teresa que ella lo hace-

-Pero es que a veces no viene.

-Abuela, no haga oficio-,

-Y entonces que hago?

-Dedíquese a su trabajo, a escuchar a la gente-

Y Ella se ríe y me dice: No me vaya a pasar como el médico de la poesía…

Y se sienta y se acuerda. Y yo escribo…

REIR LLORANDO

Viendo a Garrid, actor de Inglaterra
El pueblo al aplaudirlo le decía
Eres el más gracioso de la tierra
El más feliz, y el cómico reía.

Víctimas del Split los altos Lores,
En sus noches más negras y pesadas
Iban a ver al Rey de los actores
Y cambiaban su split en carcajadas.

Una vez ante un médico famoso,
Llegase un hombre de mirar sombrío
Sufro –le dijo- un mal tan espantoso
Como esta palidez del rostro mío.

Nada me causa encantos y atractivos
No me importan mi nombre ni mi suerte
En un eterno split muriendo vivo
Y ya es mi única ambición la de la muerte.

-Viajad y os distraeréis-,
-¡Tanto he viajado!
-De lecturas gustáis?-
-¡Tanto he leído!
-¡Que os ame una mujer!-
-¡Si soy amado!
-Un título adquirid-.
-Noble he nacido
-¿Pobre seréis quizás?-
-Tengo riquezas
-¿De lisonjas gustáis?-
-Tantas escucho…
-¿Que tenéis de familia?-
-Mis tristezas.
-¿Vais a los cementerios?-
-Mucho mucho…
-¿De vuestra vida actual tenéis testigos?-
-Si, más no dejo que me impongan yugos,
Yo les llamo a los muertos mis amigos
Y a los vivos les llamo mis verdugos

Me deja –agrega el médico-perplejo vuestro mal
Más no quiero acobardaros
Tomad por receta este consejo,
Sólo viendo a Garrid podréis curaros


A Garrid?
-Si, a Garrid. ¡Tiene una gracia artística asombrosa¡
¿A mi me hará reír?

Si, nada más que el, ¿más qué os inquieta?
Así –dijo el enfermo-, no me curo yo
Soy Garrid, cambiadme la receta…

Cuántos hay que cansados de la vida
Enfermos de pesar, muertos de tedio
Hacen reír como el actor suicida
Sin encontrar para su mal remedio.

Hay cuántas veces que al reír se llora
Nadie lo alegre de la risa fíe
Por que en los seres que el dolor devora
El alma llora cuando el rostro ríe.

Si muere la fe, si huye la calma
Si sólo abrojos nuestra planta pisa
Lanza a la faz la tempestad del alma
Un relámpago triste la sonrisa.

El carnaval del mundo engaña tanto
Que la vida son breves mascaradas
Aquí aprendemos a reír con llanto
Y también a llorar con carcajadas.

NUESTRA ABUELA

Foto: Gina Ruz.
lunes 25 dic 2006

La abuela Cristina es la abuela de todos. Nadie sabrá que soy su familia, porque todo el mundo le llama Abuela.
Y duerme sola pero no vive sola: Fernando tiene la venta de minutos celular a $200 en la terraza de la casa y a las siete de la mañana ya puedes escuchar: “¿Aló mijita?” a través de la ventana del cuarto, y se repetirá hasta que lo mueva el sol hacia la cera de enfrente. A las siete y media la señora Bernarda le toca la puerta con el desespero de un moribundo, para ir a misa de ocho. Antes de las ocho llega Celia para preguntarle si va a comprar algo en la colmena, y a las ocho y media Constanza le trae un guiso de menudencia de desayuno.
La abuela regresa a las nueve de la misa, para enterarse que salió en televisión.
Le conté con lujo de detalles todo lo que dijo, lo bien que se le oyó y lo linda que salió. Cinco minutos para contar la historia de un pueblo.

-¿Y salió que dije que la gente de aquí es muy amable y trabajadora, pero faltan oportunidades de trabajo?

No abuela, eso no salió –le dije- , y nos reímos, porque sabíamos que si mandaron de Bogotá a la muchacha bonita de pantalones muy cortos y escote negro y de encaje, eso no iba a salir.

Y es una pena que no la entrevisten más a menudo. Su sabiduría y conocimiento de la historia, danzas y vida del Tolima no debería morir, no debería perderse.

Y yo trataré de escribir, de contar que se sabe el Bunde Tolimense, y que ella dice que no canta, pero lo cuenta: “Vivir, morir, amando el Magdalena, la pena se hace buena, se alegra el existir…”
Y me canta el último canto de navidad que escuchó en la misa, que habla de los peces que toman el agua el río y ven al niño nacer, y yo desearía estar pendiente para grabar todo, pero nunca atino: todo es espontáneo y hermoso, y si la abuela se diera cuenta que la estoy grabando ya no lo sería, porque no le gusta. Es una mezcla de timidez y carácter. Y aunque a veces se resiste un poco, sobre todo en los reconocimientos, al final acepta y se los disfruta, como debe ser, como se debe recoger cuando se ha sembrado…
Almorzamos juntas. El guiso que nos regalaron de desayuno sirvió para el almuerzo, ya que al igual que yo, desayuna sólo avena y frutas, porque el cuerpo se lo ha dicho. Y hablamos de que ya acepta que es mejor no cocinar porque la catarata no la deja; que está tomando captopril y tiamina

-Pero es muy aburrido tomar tantas pastas-. y le recuerdo que es por la presión, que la tiene alta desde hace menos de 5 años, y que mejor no comer sal y comer más verduras. Y me pregunta cómo es eso de la homeopatía y le cuento y le digo también lo de la medicina natural, y le gusta, y me pide que le mande algo para el dolor en el vientre, y hablamos que le viene bien la manzanilla que la tome en aromática, en las tardes, como se toma el té en Europa, y ella me dice que es como el té de las tardes en Girón.

Es martes, y a las siete de la mañana vinieron Paul y Sandra. Todo el mundo toca como desesperado, y lo siento como esas alarmas de esos relojes viejos de metal. Aún escucho la música de los borrachos de la siguiente calle, y entre vallenatos, rancheras, y música colombiana, cantan a coro, ríen, y aplauden, desde anoche.

La abuela les dice que yo estoy aquí, así que susurran un poco. ¡Traen un tamal para el desayuno!.
La señora Cecilia aparece para barrer un poco, desayunar, sacar la basura y charlar con la abuela.
Luego dos o tres señoras más, cada una a su momento, saludan, dicen feliz navidad y cuentan su historia, su tragedia, su preocupación. Y la abuela escucha, y opina. Siempre es interesante escucharla, no siempre es fácil, ya que a veces les dice lo que no quieren escuchar, como que mejor dar ejemplo que hablar, que deben respetar, no hablar de más…

-Abuela, ¿Qué le parece si con todas estas cosas, los reconocimientos, los trajes, las fotos, los documentos, la historia de las danzas, hacemos un museo?

-¿Para eso es que escribe tanto? Esa es su idea?

-Es sólo una idea abuela, la verdad es que es algo muy especial. A pesar de no ser de este lugar, puedo percibir el valor de lo que usted hace a través de otras personas...

¡Cuando me muera puede hacer lo que quiera con la casa y las cosas, ahora déjeme tranquila!

La abuela caminó hasta el patio. Muy lento. Ya no le alcanzaba el aliento. Y la abracé por la espalda, y le pregunté:

-¿Le sirvo la aguapanela?

EL REENCUENTRO.

Foto: Gina Ruz.
23 Diciembre 2006.

Salí a las 2:45 de la tarde desde Bogotá. Me esperan 4 horas de viaje por tierra hacia el Sur occidente del País. Es una buseta pequeña, inestable, y llevamos sobre peso de equipaje. El conductor sobrepasa los límites de velocidad, y pretende llevar más sobre cupo, subiendo a otros pasajeros por el camno. Me enojo y no le permito subir más gente, ya que es muy peligroso, pero parece no entender. Le digo que es ilegal, que es peligroso, que llevamos muchos niños y que es una ruta peligrosa y es tarde. Me dice algo acerca de dinero para el aguinaldo, y tengo que insistir y comparar la vida con el dinero y esas cosas. Me acordé de los españoles, y que ahora saco a relucir mi herencia pendenciera, pero si algo aprendí en Europa fue a cumplir las reglas, con la consciencia y la reflexión del sentido de ellas. A regañadientes se bajaron y escuché algo como “!Que miedosa y que mal genio, y si no le gusta porque no compra carro y se va sola!, y otros refunfuños  peores que no quise escuchar.

Después de subir y bajar la montaña por caminos estrechos y peligrosos, llegué a Ambalema. Casas blancas, techos rojos, puertas y columnas de madera verde oscuro, pueblo ribereño del Río grande de la Magdalena, patrimonio histórico de la humanidad... este lugar me recibe con un calor de ambiente y de gente, que hace 3 meses no sentía. Esos tres meses de otoño en Amsterdam.

Apenas bajé del bus, un joven se ofreció a ayudarme con las maletas, y como ya había perdido la costumbre de gente amable, dije que no, reprochándome luego de la caminada de dos cuadras con el pesado equipaje. Luisa Fernanda (la nieta de los vecinos de enfrente) me recibe con un gran abrazo y su madre se apresura a ayudarme. Pregunto por la abuela y después de cortos saludos voy a su encuentro.

Está un poco más delgada, débil y con bastón, algo nuevo, pero con la felicidad brillando en los ojos. Lleva un vestido verde claro, de esos que se pone en ocasiones especiales. No debía faltar la anotación de su atuendo, así que la molesté un poco acerca de si iba a rumbear o algo así. La abuela se ríe y nos sentamos (con vecinos incluidos) a contar cosas de mi viaje a Europa.

-Ahora tiene mucho que contar-. Me dijo. Y me di cuenta que para ella no era nada nuevo. Todas mis experiencias y conocimientos del viejo continente ya las sabe, ya forman parte de su conocimiento.

-Cuando vinieron los universitarios de Ibagué me dijeron que era mentirosa porque les dije que sólo estudié primaria en un colegio de campo-.

-Lo que pasa abuela es que usted sabe mucho- le dije.

Ella me cuenta que trabajó 10 años en una biblioteca, así que ha leído todos los libros que ha podido.
Y es que mi abuela sabe mucho. Ella tiene la sabiduría del indio que ama y respeta la tierra, la experiencia de 93 años de vivir, el conocimiento de los libros, de las cosas y de la gente. Lo mejor de visitar Ambalema es sentarse a escuchar a la abuela. Y no es un sentimiento de orgullo familiar lo que me hace expresar esto, ya que igual, mucha gente viene a verla.
Cuando supe que al día siguiente iba a salir en city TV, le pregunté que quién la había entrevistado.

-Es que como han venido tantos no me acuerdo-. Me dice.

Y me cuenta que ha dicho que para qué le preguntan a ella si ella no nació en Ambalema, (Pero yo se que siempre vienen a verla a ella porque es la persona que más sabe de la historia de este pueblo), y me dice que ha contado la historia de las tabacaleras, que fueron fundadas por dos Antioqueños que llegaron a este pueblo a lomo ‘e mula; famosas tabacaleras, grandes exportadoras, que antaño le dieron fama y dinero a este pueblo, ahora pobre y olvidado.

Pero mi abuela no olvida. Ella recuerda sus danzas indígenas, danzas para sembrar el maíz, pilarlo, recoger la cosecha, danzas para burlarse de los bailes de los españoles y danzas para enamorar a las campesinas. Danzas que ha enseñado a los hijos de Ambalema desde hace 35 años.

Y el pueblo Ambalemuno tampoco olvida. Las paredes de la casa de mi abuela lo cuentan. Diplomas, menciones de honor y placas de agradecimiento, adornan toda la sala, y se unen a ellos más reconocimientos cada año. Pueblo cálido, amable y agradecido, acoge y ama a la abuela desde que vive con ellos. Y ahora estoy aquí.